BIOGRAFÍA
Nació en Andorra el 10 de junio de 1899 y en su juventud se trasladó, junto a sus hermanos, a la población barcelonesa de Sant Vicenç de Castellet (Bages) en busca de trabajo puesto que su padre, Rafael, tenía unas pocas tierras en Andorra insuficientes para darles ocupación. En Sant Vicenç realizó diferentes trabajos y fue donde conoció a Joaquina Gracia Lorente, una viuda también turolense, de Molinos, con la se casó. El matrimonio siguió viviendo en Sant Vicenç y, a la hija del primer matrimonio de Joaquina, se fueron sumando otros cinco hijos: Rafael, Ángel, Eduardo, Joaquín y Rosa. A principios de 1930 la familia se trasladó a la cercana población de Olesa de Montserrat (Baix Llobregat) donde Manuel trabajó de jornalero hasta que entró a la fábrica "Cal Isard" como engrasador de la maquinaria textil. Fue durante aquellos años cuando Manuel entró en contacto con la CNT, sindicato que se hallaba fuertemente implantado entre los obreros industriales de la localidad.
Al estallar la guerra, según el testimonio de su hijo Joaquín, partió voluntario al frente de Aragón donde estuvo alrededor de un año y fue uno de los que participó en la voladura de un puente sobre el Ebro en las cercanías de la ciudad de Zaragoza, por lo que fue merecedor de los galones de sargento. Mi padre era de la CNT, pero estaba en contra de todo lo que significaba la guerra. A los pocos días de haber empezado la guerra, unos milicianos de Olesa se llevaron a un grupo de personas para fusilarlos y mi padre se enfrentó, impidiendo que mataran a uno de ellos; su familiares siempre estuvieron muy agradecidos y se portaron muy bien con nosotros después de la guerra.
A finales de enero de 1939 el ejército franquista estaba aproximándose a Olesa y según Joaquín a un grupo de hombres de la localidad les obligaron a subir a un camión hacia Terrassa, uno de ellos era mi padre y, según me explicaron luego, intentó escaparse para volver a casa, pero no le dejaron. De Terrassa ya fueron hacia la frontera y a Francia. Nosotros el mismo día que se llevaron a mi padre nos fuimos a “Las Viñas”, a una finca en la montaña, porque los nacionales estaban lanzando cañonazos sobre el pueblo. Donde estábamos había también un puesto defensivo republicano y un obús cayó cerca y nos llenó de tierra. Al día siguiente todo estaba más tranquilo y un soldado nacional que nos vio nos dijo que volviésemos al pueblo que ya había pasado todo. Aquí los franquistas fusilaron a unos cuantos en Abrera y a uno que se salvó y regresó a casa vinieron a buscarlo y lo mataron enseguida.
La familia quedó sola y sin medios económicos en Olesa, Joaquina estaba embarazada de Rosa que nació medio año después de haberse ido Manuel hacia Francia. Joaquín explica que la madre tuvo que trabajar realizando las faenas que le iban saliendo para mantener a la familia, mis hermanos tuvieron que ponerse a trabajar en el corcho, aquí en Olesa y yo no fui a la escuela, a los once años trabajaba en el bosque ayudando a un carretero, me encargaba de la barra del freno y tenía que cargar los fardos de leña en el carro.
De Manuel, su hijo Joaquín conserva un difuso recuerdo, cuando se fue yo tenía nueve años, se perdió todo lo que había de él, hasta las cartas que envió desde Francia. Joaquín nos muestra una fotografía de su padre y otra de su madre, que falleció a los 78 años.
El itinerario de Manuel en su exilio francés lo conocemos de forma muy somera gracias a la documentación que la Cruz Roja Internacional ha remitido recientemente a su hijo: formó parte de la 10ª Compañía de Trabajadores Extranjeros y su detención se produjo el día 21 de junio de 1940 en Delle, población del territorio Belfort fronteriza con Suiza. Fue internado en el Frontstalag 140, con el nº 8183 y posteriormente fue trasladado al Stalag XI-B Fallingbostel (nº 87304) saliendo en deportación en el convoy que llegó a Mauthaseun el 27 de enero de 1941. Se le adjudicó la matrícula 6430 y permaneció en el campo central hasta que fue transferido a Gusen dos meses más tarde, el 29 de marzo. Fue una de las víctimas españolas asesinadas en el cercano castillo de Hartheim, en cuya cámara de gas halló la muerte el 25 de septiembre de 1941, junto a una veintena de españoles. Tenía 42 años y habían transcurrido 8 meses desde su ingreso en Mauthausen.
La familia no conoció su muerte en Alemania hasta unos años después de haber finalizado la Guerra Mundial. Joaquín recuerda que su madre realizó las gestiones y cobró una indemnización del gobierno alemán, no sé cuanto pudo ser en aquella época, la debió cobrar a final de los años cincuenta, poco después de casarme yo. Un decreto del gobierno francés del 11 de agosto de 1992, estampaba la mención “Mort en déportation” en su acta de defunción.
Fuente:
Joaquín Martín Gracia. Entrevista realizada en su domicilio en día 16 de junio de 2008.