Ponz Beatobe, Antonio

BIOGRAFÍA

Afincado en Sariñena (Huesca) procedía de la localidad zaragozana de Tosos donde había nacido el 12 de abril del 1900, y donde sus padres, Manuel y Jacoba, regentaban un molino harinero. Antonio aprendió el oficio y fue a trabajar en la harinera de Sádaba, allí se casó con Adela Poderós y nacieron dos de sus hijos. Unos años más tarde se trasladaron a Sariñena (Huesca) donde nacieron otros tres hijos del matrimonio.

Antonio participó activamente en la Guerra de España defendiendo la legalidad republicana. Su esposa y sus cinco hijos (el mayor con 10 años) siguieron viviendo en Sariñena hasta que la proximidad de las tropas fascistas, y el temor a los bombardeos de la aviación rebelde, les obligó a dirigirse, en marzo de 1938, hacia Barcelona a la casa de un  primo de Antonio. Ángel Ponz, uno de los hijos de Antonio que nos dio a conocer aspectos fundamentales de la vida de su padre, nos explicaba cómo en aquel domicilio barcelonés “de vez en cuando, recibían la visita del padre-soldado y ese día era un día de fiesta“. Antonio participó en la Batalla del Ebro y cuando las tropas republicanas se replegaron a Barcelona, estuvo destinado en el castillo de Montjuich.

Antonio pudo despedirse de su esposa y de sus hijos antes de que su unidad militar iniciase la retirada hacia Francia. Durante unos meses estuvo interno en varios campos de refugiados: Argelès, Le Vernet, Barcarés y Saint Cyprien. Se alistó en la 116 Compañía de Trabajadores y, junto a sus compañeros, fue detenido por los alemanes en la primavera de1940. Fue trasladado primero al stalag VIII C y, en octubre, al XII D, desde donde escribió una última carta a su esposa Adela.

Tras la visita de la Gestapo, que identificó a los republicanos españoles, se formó un convoy que deportó unos 700 –entre los que se encontraba Antonio- hacia Mauthausen, en cuyo campo ingresaron el 25 de enero de 1941. A Antonio le adjudicaron la matrícula 4008 y unas semanas más tarde, el 8 de abril, fue trasladado a Gusen.

Mientras tanto, Adela veía pasar los meses con la angustia de no tener noticias de su esposo. El 30 de septiembre de 1941, envió una carta al jefe del stalag XII D solicitando noticias tranquilizadoras sobre el paradero de su esposo. Fue inútil, nadie respondió la carta de Adela, quien siguió sufriendo con impotencia la ausencia de noticias. Unas semanas más tarde de aquella carta, el 8 de noviembre se registraba la muerte de Antonio en Gusen, una muerte que les fue comunicada por la Cruz Roja Internacional varios años más tarde.

Ángel Ponz mantiene viva la memoria de su padre. Una placa con su nombre figura en el Memorial de Gusen y cada año se acerca a Mauthausen para rendir homenaje a su padre y a todas las víctimas. Su generosidad y compromiso quedaron sobradamente demostrados con la restauración que llevó a cabo personalmente, en el otoño del 2010, del monumento a los republicanos erigido, por subscripción popular en mayo de 1962.